ALGUNAS CONCLUSIONES ESENCIALES SOBRE EL IDIOMA ESPAÑOL, EXTRAÍDAS TRAS LA RECOPILACIÓN Y ANÁLISIS DEL MATERIAL CONSULTADO.
Parece gozar de buena salud, si se constata que: es la tercera lengua mundial en hablantes (unos 500 millones); se halla en expansión y se demanda su aprendizaje en países emergentes como Brasil, China, o EEUU (donde la primera minoría, la hispánica, es ya de 40 millones de hablantes, cifra que podría doblarse en las próximas décadas; y donde este idioma parece mover ya más dinero que en la propia España).
El 'spanglish', que puede ser considerado desde modalidad dialectal, a un vulgarismo social de los emigrantes, pasando por una moda original, es -en todo caso- un fenómeno muy curioso de mestizaje, que nos hace recordar cómo las propias raíces de este idioma son híbridas: latinas, árabes, amerindias, etc. (cabe destacar aquí el ensayo premiado de Humberto López Morales “La andadura del español por el mundo”).
La reciente concesión de un nuevo Nobel de Literatura a un escritor en español, certificaría también el buen momento de este idioma. Y es de justicia recordar aquí la importancia enorme y decisiva de la aportación de los países de Hispanoamérica, que, al independizarse, la eligieron como lengua oficial, enriqueciéndola con una gran diversidad geográfica de sonidos, giros, palabras, etc., procedentes de sus culturas, paisajes, climas y lenguas indígenas, y conduciendo sus posibilidades expresivas y literarias a límites desconocidos de sensualidad, diversidad e imaginación.
A todo este auge, parece haber contribuido una política lingüística acertada en los últimos años: fundación del 'Instituto Cervantes' (organismo mimado por los Ministerios de Educación, Cultura, y Exteriores); consenso entre la RALE y las Academias de otros 21 países, con la consecuencia fecunda de la progresiva aparición de manuales de Gramática, Ortografía, Diccionarios, etc., desde criterios menos normativo-castellanos y más descriptivos o tolerantes (cabe destacar aquí la aparición del “Diccionario de americanismos” con 70.000 voces, que como toda obra lexicográfica ha tardado años en gestarse, y la realiza la Asociación de dichas Academias, y que promete nutrir el próximo Diccionario común en detrimento de viejos localismos o ruralismos peninsulares).
El 80% del vocabulario es común, además del subconsciente gramatical. La enorme diversidad que registra este idioma, no lo pone en peligro, pues además existe la fuerza de las normas globales, que emanan de los usos escritos, periodísticos, literarios, cultos, etc. Lejos de ser un peligro, es un síntoma de vida y salud. Mucho más dañinos y peligrosos son los enemigos de siempre y otros más recientes: empobrecimiento y vulgarismos, debidos a 1) la pobreza y falta de escolarización; 2) la ausencia de protagonismo científico e intelectual del español en el mundo (y en la 'red'); 3) la excesiva contaminación de nuestra lengua por parte de la cultura anglosajona, (neologismos, anglicismos); 4) la erosión también de los hábitos expresivos procedentes de las nuevas tecnologías.
El 'spanglish', que puede ser considerado desde modalidad dialectal, a un vulgarismo social de los emigrantes, pasando por una moda original, es -en todo caso- un fenómeno muy curioso de mestizaje, que nos hace recordar cómo las propias raíces de este idioma son híbridas: latinas, árabes, amerindias, etc. (cabe destacar aquí el ensayo premiado de Humberto López Morales “La andadura del español por el mundo”).
La reciente concesión de un nuevo Nobel de Literatura a un escritor en español, certificaría también el buen momento de este idioma. Y es de justicia recordar aquí la importancia enorme y decisiva de la aportación de los países de Hispanoamérica, que, al independizarse, la eligieron como lengua oficial, enriqueciéndola con una gran diversidad geográfica de sonidos, giros, palabras, etc., procedentes de sus culturas, paisajes, climas y lenguas indígenas, y conduciendo sus posibilidades expresivas y literarias a límites desconocidos de sensualidad, diversidad e imaginación.
A todo este auge, parece haber contribuido una política lingüística acertada en los últimos años: fundación del 'Instituto Cervantes' (organismo mimado por los Ministerios de Educación, Cultura, y Exteriores); consenso entre la RALE y las Academias de otros 21 países, con la consecuencia fecunda de la progresiva aparición de manuales de Gramática, Ortografía, Diccionarios, etc., desde criterios menos normativo-castellanos y más descriptivos o tolerantes (cabe destacar aquí la aparición del “Diccionario de americanismos” con 70.000 voces, que como toda obra lexicográfica ha tardado años en gestarse, y la realiza la Asociación de dichas Academias, y que promete nutrir el próximo Diccionario común en detrimento de viejos localismos o ruralismos peninsulares).
El 80% del vocabulario es común, además del subconsciente gramatical. La enorme diversidad que registra este idioma, no lo pone en peligro, pues además existe la fuerza de las normas globales, que emanan de los usos escritos, periodísticos, literarios, cultos, etc. Lejos de ser un peligro, es un síntoma de vida y salud. Mucho más dañinos y peligrosos son los enemigos de siempre y otros más recientes: empobrecimiento y vulgarismos, debidos a 1) la pobreza y falta de escolarización; 2) la ausencia de protagonismo científico e intelectual del español en el mundo (y en la 'red'); 3) la excesiva contaminación de nuestra lengua por parte de la cultura anglosajona, (neologismos, anglicismos); 4) la erosión también de los hábitos expresivos procedentes de las nuevas tecnologías.
BIBLIOGRAFÍA
Crónicas y artículos:
- EL PAÍS, 14 de octubre de 2010: Humberto López Morales retrata la fascinante aventura del idioma.
- EL PAÍS, 29 de octubre de 2010: 'Guacheando' el español del futuro.
- BABELIA (EL PAÍS), 27 de noviembre de 2O10. NÚMERO EXTRA: LA FUERZA DEL ESPAÑOL”.
- EL PAÍS, 17 de marzo de 2011: “La vitalidad actual del español”, de Mario García de Castro.
Libros:
- “La otra cara de América”, de Jorge Ramos.(México, Grijalbo, 2006)
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